Recientemente os he comentado el impacto que tuvieron en la villa diferentes enfermedades como la
peste bubónica, el tifus o la viruela. Haber superado las enfermedades y desconocer sus causas sólo pudo ser atribuido en la época a un origen sobrenatural. La población pensaba que era una reacción con ira de Dios ante su comportamiento. Son múltiples las lecturas dónde se describen los cuerpos que desprendían '
el fuego ' y lo representaban con el lanzamiento de flechas por parte de Dios hacia el pueblo.
Fue por ello por lo que de manera rápida y como medida contra las enfermedades se erigieron altares, capillas y ermitas en honor de los patrones que protegían a los contagiados por epidemias.
En Corpa, nada más comenzar el siglo XVII se construyeron dos ermitas, la de San Sebastián y la de San Roque que pretendían proteger al pueblo en sus dos entradas. Construir ermitas en honor a estos santos, fue algo común en todas las poblaciones de alrededor. Como ejemplo existía ermita de San Roque flanqueando ambos extremos del camino entre Corpa y Santorcaz para
sanear a los viajeros en la salida y entrada del siguiente pueblo. La de Santorcaz esta bien conservada aún.
Las dos ermitas en Corpa se construyeron en piedra, de planta rectangular y misma orientación. Con una sola entrada al saliente y culminada con una cruz forjada en hierro. En su lateral izquierdo una ventana de pequeñas dimensiones que daba el máximo aprovechamiento de luz del día. En su interior un modesto altar con una capilla para albergar al santo. Aunque ambas son de reducidas dimensiones, por observación de algunos croquis podríamos intuir que la de San Sebastian pudiera ser algo mayor.
La de San Sebastián estaba ubicada en la parte derecha de la bajada a Valverde, entre el cerro del Colmenar y el Arenal Viejo. Aunque está totalmente desaparecida todavía mantiene su nombre la cuesta de San Sebastian, camino que antiguamente unía la vega con el pueblo.
La de San Roque, ubicada en el camino que iba a Santorcaz pasado el cruce del camino de Alcalá, a la derecha del cerro de la Horca (encima del actual polideportivo)
Y ¿por qué San Sebastián y San Roque?
San Sebastián fue un soldado romano y cristiano, algo incompatible en el siglo que le tocó vivir. Fue forzado a tomar una decisión y quiso mantenerse en la fe. Por ello fue martirizado y finalmente asesinado atravesándolo con lanzas. Su culto arrancó en el siglo VII. Es el patrón de los soldados y atletas y es invocado para combatir la peste y las plagas. Su iconografía se muestra siempre atravesado por lanzas. No es de extrañar por tanto que se utilizara ante "las lanzas enviadas por la ira de Dios". Su festividad se celebra el 20 de enero.
San Roque nació en Francia en el siglo XIV, se quedó huérfano muy joven y se trasladó a Italia en una época dónde la peste negra se extendía por ese país. Se dedicó a cuidar de los enfermos y muchos de ellos se recuperaron gracias a ello. Roque terminó infectado por la enfermedad y finalmente murió. Fue canonizado dos siglos después en el 1584. Es uno de los tres patrones de los peregrinos (junto a San Cristóbal y el arcángel San Rafael). En su iconografía lo encontramos vestido de peregrino y mostrando las heridas de su pierna, normalmente siendo lamidas por su perro. Su festividad se celebra el 16 de agosto.
Con las medidas humanas comentadas en publicaciones anteriores y sumadas estas dos divinas, el pueblo quedaba totalmente protegido. Colateralmente hizo que los vecinos no se desplazaran a rezar a los alrededores de la iglesia y salieran a las afueras a visitar a ambos santos, lo que contribuyó también a separarse de los focos de infección principales existentes.
La aparición de estas ermitas reconfiguró la vida en el pueblo, ya que dieron cabida a dos nuevos barrios. el de San Roque y el de San Sebastián, que junto con el de la Iglesia y las Covachuelas formaron prácticamente la composición actual del pueblo.
Vale, vale, ya sé que no os he hablado del barrio de las Covachuelas. Se trata de las viviendas sitas en la actual calle Romeral. Era el barrio dónde había más cuevas y de menor tamaño en contraposición a las grandes bodegas que se encontraban entonces en el barrio de la Iglesia. Tened en cuenta que eran las neveras y despensas de la época.
Con el siguiente croquis podéis hacer el ejercicio de imaginación y posicionaros en la época.
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